Cuando nuestr@ hij@ se convierte en herman@ mayor pueden surgir celos en forma de rabietas, comportamientos inadecuados, mayor demanda de atención por parte de papá, mamá…
La buena noticia es… ¡que estos celos son muy sanos! Implican que vuestro vínculo es fuerte. Resulta necesario entender, aceptar y acompañar las emociones de nuestr@s pequeñ@s ante la nueva situación y ayudarl@ a adaptarse a ella respetando sus tiempos y necesidades.
Hasta ahora, vuestr@ hij@ os había tenido sólo para él/ella, y ahora os tiene que compartir con esta nueva personita tan demandante en los primeros meses de vida. El mundo tal y como lo conocía ha cambiado y tenemos que ayudarl@ a adaptarse a la nueva situación.

Preparación
Es muy importante empezar a preparar a nuestr@ hij@ para la llegada de su hermanit@ desde antes del nacimiento:
- hablándole del bebé y de cómo va creciendo en tu tripa
- explicándole cómo van a ser las cosas cuando nazca
- dedicando un rato cada día a que se comunique y juegue con él o ella para empezar a crear el vínculo entre amb@s (¡la Estimulación Prenatal de Maternanza es ideal para esto!)
Empezar a crear un tiempo de juego en el que se incluya al bebé uterino va a ser de gran ayuda para que nuestr@ hij@ lo sienta real, notando sus patadas y respondiendo a ellas, o acercando su oreja a tu tripa para oír sus ruiditos, por ejemplo. Tu bebé debe estar presente desde antes del nacimiento para que el cambio cuando nazca no sea tan brusco y desequilibrante para nuestr@ pequeñ@: el/la nuev@ herman@ mayor.
El Parto
En nuestra sociedad parimos en los hospitales, lo cual implica la separación con nuestr@ hij@ durante varios días. En función de su edad, esta separación también puede conllevar dificultades y generar inseguridad en nuestr@ peque. Sería maravilloso que nuestr@ hij@ pudiera asistir al nacimiento de su hermanit@ para:
- integrar mejor su llegada
- evitar la separación que implica el ingreso en el hospital
- normalizar el parto como proceso fisiológico en nuestra sociedad
En la preparación para la llegada de su hermanit@ es necesario hablar de esta separación: explicar a nuestr@ peque con quién se va a quedar, que aunque estemos separados vamos a hablar todos los días, que en cuanto nazca su hermanit@ se lo vamos a presentar por videollamada, por ejemplo…
Y en el reencuentro es importante priorizar las necesidades de nuestr@ hij@ mayor –> puede que esté impaciente por conocer a su nuev@ hermanit@ y sea lo primero que pida o puede que necesite un momento para conectar con vosotros antes de dar la bienvenida al/a la bebé. ¡Cada niñ@ es únic@!
Cuando volváis a casa dedicad unos minutos a mimar a vuestr@ hij@: darle un fuerte abrazo, preguntarle cómo está y qué tal se lo ha pasado, qué ha hecho estos días, decirle cuánto le hemos echado de menos y lo mucho que l@ queremos… –> de esta manera reforzamos su autoestima, sanamos la separación que se ha producido y evitamos que los celos se disparen de inmediato.
El proceso de adaptación al nuevo miembro de la familia es delicado para tu hij@ mayor. Mamá ya no está disponible al 100% como lo podía estar antes, de manera que puede empezar a ser más demandante con papá, para compensar, o intensificar rabietas y berrinches, incluso puede que ignore activamente a su nuev@ hermanit@ o l@ rechace. Cada niñ@ es únic@ y expresará cómo le afecta esta nueva situación a su manera –> es necesario ser pacientes y entender y acompañar las emociones de tu hij@, sin juzgarlas ni forzarlas.
Las Visitas
Con respecto a las visitas (todo el mundo está deseando conocer a tu bebé, pero deberás ser tú quien decida cuándo comenzar las visitas), te hago una pregunta: cuando llegas a un lugar donde conoces a todo el mundo menos a una persona, ¿te presentas lo primero a la persona desconocida o saludas en primer lugar a las personas que conoces? Normalmente serán ellas quienes te presenten a aquella que no conoces, ¿verdad? ¡Pues lo mismo ocurre con tu hij@ mayor! Advierte a las visitas que no entren directamente a conocer al/a la bebé.
Igual que con la vuelta del hospital tras el parto, es importante que las visitas saluden a tu hij@ mayor y le dediquen algo de tiempo antes de conocer al nuevo miembro de la familia. Dar la oportunidad a tu hij@ mayor de presentar a su nuev@ hermanit@ y hablar de él/ella:
- permite que tu hij@ mayor no se sienta desplazad@ por el/la recién nacid@
- l@ ayuda a aceptar su nuevo rol de “herman@ mayor”
- fortalece su autoestima al sentirse parte del proceso
Los Celos
Sea como sea la manera en la que tu hij@ mayor exprese sus celos, es necesario acompañar su emoción sin juzgarla, conteniendo su expresión si es necesario, con paciencia y mucho cariño, ayudando a nuestr@s pequeñ@ a aceptar y gestionar todas y cada una de sus emociones.

Ante las rabietas, una vez que tu hij@ se haya calmado, podemos animarl@ a que pida lo que quiere de una manera más adecuada y, cuando lo haga, reforzar su actuación con mucho cariño, palabras llenas de admiración y un rato de juego con él/ella, por ejemplo. No hay nada mejor que el refuerzo para modelar el comportamiento de nuestr@s pequeñ@s. Y con refuerzo no me refiero a premios materiales –> el mejor premio es la atención y el tiempo de mamá y papá.
Si tu hij@ ignora a su hermanit@, no l@ fuerces a que le haga caso. Déjale su espacio y dedícale tiempo a él o a ella a solas, jugando y reforzando vuestro vínculo. Intenta que las actividades con el/la bebé sean como un juego: la hora del baño, el cambio de pañal, los momentos de alerta tranquila… –> haz que sean divertidas para que le llamen la atención al/a la mayor y, poco a poco, invítal@ a que participe en esa nueva hora de juego en familia, sin forzarlo.
Antes de acostarse, dedica un tiempo a comentar con tu hij@ mayor todo lo bueno que ha hecho durante el día, poniendo especial atención a aquello que más le cueste o que haya conseguido mejorar con respecto a días anteriores (menos rabietas, más breves, algún gesto hacia su hermanit@… ¡cualquier cosa por pequeña que sea vale!).
Y planificad algo para hacer junt@s al día siguiente: puede que al principio deba ser algo para hacer tú y él o ella, pero poco a poco podrás ir incorporando a su hermanit@ pqueñ@ en alguna ocasión.
Pros y Contras de ser Herman@ Mayor
A veces ser el/la herman@ mayor puede ser toda una carga porque:
- tienes que cuidar de tu hermanit@ prqueñ@
- tienes que dar ejemplo
- tienes que ceder porque él o ella es pequeñ@
- etc…
No. El/la herman@ mayor no tiene que cuidar de l@s pequeñ@s –> la responsabilidad de cuidar de los hij@s es de los padres, no de l@s herman@s. Forzar a nuestr@ hij@ mayor a asumir una responsabilidad que no le corresponde puede generar problemas de relación, rabia, frustración… Lo que sí puede hacer nuestr@ hij@ mayor es ayudarnos con nuestra responsabilidad si se lo pedimos o quiere hacerlo.
- “Tienes que ocuparte de tu herman@ que mamá está ocupada”, implica que como yo no puedo, te corresponde a ti, es tu responsabilidad X
- “Mamá tiene algo que hacer, ¿podrías ayudarme vigilando un rato a tu herman@?” o “como mamá no va a estar, ¿podrías cuidar tú de él/ella?”, la responsabilidad es mía, pero necesito que me ayudes √
En ocasiones, también podemos presionar sin querer a nuestr@ hij@ mayor esperando de él o de ella que dé ejemplo, que ceda siempre a las exigencias y necesidades de su hermanit@, que espere a que el/la pequeñ@ esté atendid@ para poder tener nuestra atención… Dejamos de tener en cuenta sus necesidades y deseos.
Ser el o la herman@ mayor tiene sus pros y sus contras, como lo tiene ser el/la median@ o el/la pequeñ@.
Es muy importante focalizar en los pros de cada rol, reforzándolos: “puede que hoy me hayas tenido que ayudar a cuidar de tu herman@ pequeñ@, pero como eres el/la mayor, puedes acostarte más tarde y podemos pasar un rato juntos a solas para charlar de lo que te apetezca”, por ejemplo.
El mejor refuerzo va a ser siempre pasar tiempo junt@s.
Y si te surgen dudas, inquietudes o alguna dificultad, ¡no dudes en consultarme! Desde Maternanza te acompañamos durante la crianza de tus hij@s para que la vivas más tranquila y feliz.